Comúnmente la obesidad se define como el resultado obtenido entre calorías ingeridas y calorías gastadas, dónde el aumento de peso es debido únicamente al hecho de haber consumido más calorías de las que se han gastado. Y, por ese motivo, creemos que lo único que influye e importa es contar calorías para intentar que las calorías gastadas superen a las ingeridas.
Por el contrario, la realidad no es tan sencilla. Existen una gran cantidad de factores que influyen en el balance energético y en la obesidad, algunos de los cuales son modificables por la propia persona o las instituciones y otros no se pueden modificar. A modo de ejemplo, en la infografía siguiente podéis observar un breve resumen de algunos de los factores que están relacionados con la obesidad. Entre ellos:
- El consumo de alcohol o la elección de alimentos con una baja calidad nutricional serian factores que podemos modificar nosotros mismos.
- La educación, la regulación de la publicidad sobre alimentos o la facilidad en el entorno para usar medios de transporte no motorizados serian factores que se podría modificar a nivel institucional/administrativo.
- Y la predisposición genética y los efectos secundarios de algunos medicamentos serian factores que no podemos modificar.